La delegación argentina que participó en las discusiones empresarias en Cannes, que se realizaron en paralelo a la cumbre presidencial del G-20, reforzó el rechazo a cualquier intento de llevar adelante una regulación supranacional del precio de las materias primas agropecuarias. A la vez, enfatizaron el importante rol que cumple la Argentina como productora de alimentos, en pos de la seguridad alimentaria de buena parte de la población global. Esos dos conceptos fueron las banderas de las intervenciones de los ministros de Agricultura, Julián Domínguez, y de Industria, Débora Giorgi, quienes forman parte de la comitiva que acompañó a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner a la cumbre del Grupo de los 20 países mas industrializados (G-20), que termina hoy en Cannes, Francia. ?El problema de la pobreza en el mundo no es a causa de la volatilidad de los precios. Es un problema de la capacidad de abastecimiento y distribución de la riqueza, como lo ha planteado Argentina en todos los foros en los que participa?, remarcó Domínguez al participar del Business 20, el foro del sector empresario del G-20. Domínguez, electo diputado nacional, resaltó que ?la Argentina va a producir 60% más de alimentos en los próximos 10 años, cuando la FAO está planteando una mejora de ese tipo en un plazo mucho más largo?. ?Lo que hay que hacer es aumentar la productividad. Es absurdo disponer un mecanismo de regulación de precios?, planteó Domínguez al insistir en el rechazo del país a cualquier plan de regulación de los commodities agrícolas. ?La regulación debe ser sobre el mercado de capitales?, insistió el funcionario, quien resaltó que Cristina hizo hincapié en ?un nuevo capitalismo, de la mano de la agroindustria?. A su turno, Giorgi enfatizó que el país puede producir alimentos para ?más de 400 millones de personas y esa capacidad le permite cumplir un rol preponderante para garantizar la seguridad alimentaria de buena parte de la población mundial?. |